Dios
es el juez.
La razón por la que
Él dio la fe a este mundo (Hebreos 12:2)
fue para convencer al mundo de pecado.
Así que podamos vivir por la fe (Romanos 5:19).
El mandamiento que dio a este mundo
es para que, sea quien sea,
pueda vivir por la palabra de Dios (Mateo 4:4).
Pero
la ley es la palabra dada por medio de los ángeles (Gálatas 3:19)
y la verdad vino por medio del Hijo (Juan 1:17).
El que sigue la ley tiene temor (Romanos 8:15)
y el que sigue la verdad tiene libertad (Gálatas 4:31).
La libertad
no es libertinaje sino el derecho,
así que el que obedece tiene el derecho (Juan 8:31).
Todos nosotros
estaremos delante de Él para ser juzgados (Apocalipsis 20:12-15).
Recibiremos galardón o castigo según lo que hicimos (Mateo 25:46),
en especial, el que blasfemó al Espíritu Santo no será perdonado.
◎ Cuando estemos delante de Él,
¿tendremos qué mostrarle?
La obediencia es el fruto de la fe.
◎ Cuando estemos delante de él,
¿no temeríamos?
La fidelidad es el fruto de la esperanza.
◎ Cuando estemos delante de Él
¿seremos galardonados?
Amar a Dios es amar su espíritu.
※ Pensemos en el día final.
Tan solo podemos obedecer y ser fieles en este mundo,
cada uno haga todo lo posible en su obra.