Dios
es misericordioso.
La razón por la que
envió a su Hijo unigénito a este mundo
fue por su misericordia (Juan 3:16).
Cuando creó al hombre (Salmos 95:6-7),
lo hizo para que no pudiera vivir sin Jesús.
Así que
el encuentro entre Dios y el hombre (Salmos 96:7-9)
es por la misericordia, que es Jesús (Hebreos 10:19-20).
Nadie puede ver a Dios sin Jesús (Juan 10:9).
El sacrificio que Dios busca es el corazón contrito (Salmos 34:18).
Solo con el corazón contrito y humillado puede verlo (Salmos 51:17).
Por tanto,
el que se le acerca
debe hacerlo con el corazón que busca la misericordia (Mt 12:6-7).
Ese corazón busca a Jesús (Juan 5:39-40).
Anhelarlo
es el corazón contrito por el deseo de vivir.
El Espíritu Santo bendice al corazón contrito
y obra sobre él ayudándolo (Romanos 8:26-27).
◎ El que se acerca a Dios
debe tener a Jesús.
Jesús es la misericordia que Dios busca.
◎ Recibir la misericordia
es posible por medio de Jesús.
Jesús es el mediador por el cual nos acercamos a Dios.
◎ El corazón contrito que se arrepiente
se llena por Jesús.
El culto verdadero es acercarse a Dios por medio de Jesús.
※ Rindamos el culto verdadero.
El corazón que busca la misericordia, rinde el culto a Dios,
estando en Jesús.