Dios
es
el Padre del espíritu.
La razón por la que
envió a Jesús a este mundo
es porque ama nuestro espíritu (Juan 3:16).
Nuestro espíritu
solo puede vivir por Dios (Salmos 63:7-8).
Ésta es la vida eterna.
El pecado es la maldición de no poder depender de Dios (Salmos 66:18)
y la condenación de no poder anhelarlo (Judas 12-13).
El diablo rompió la relación entre Dios y los hombres,
y es el pecador desde el principio (1Juan 3:8).
El culto es el momento de encuentro con Él,
está lleno de la obra y la gracia de Jesucristo (Juan 1:16).
Donde abunda la gracia, no hay pecado (Ro 8:33-34);
tampoco habrá condenación para los que anhelan a Dios (Salmos 1:3).
En el culto se anhela a Dios y se está lleno de su gracia,
lo cual es testificado por el Espíritu Santo (Salmos 42:1).
Los que rinden el culto deben recibir la guía del Espíritu Santo
y deben anhelar al Dios viviente.
◎ El culto es anhelar a Dios
como el ciervo brama por las corrientes de agua.
La fe es anhelar.
◎ Los que anhelan con fe
son los que tienen un culto espiritual.
Sus alabanzas, oraciones y súplicas son espirituales.
◎ Tener el culto es
que su espíritu anhele a Dios
y buscar con todo corazón la ayuda de Dios.
※ La fe que no anhela no es la verdadera fe.
La fe nos permite triunfar en el culto.
Triunfamos en el culto con la fe que se anhela.