Dios
envió la palabra a este mundo.
La palabra
vino entre nosotros; ésta es nuestra fe.
Por medio de esa palabra
Dios juró por sí mismo (Hebreos 6:17).
En el principio
la palabra era con Dios y era Dios (Juan 1:1).
La palabra se hizo carne,
murió, resucitó y prometió que vendría de nuevo.
Ésta es nuestra fe, que la Biblia nos testifica.
La fe
es obedecerle a quien era la palabra con Dios desde el principio,
que se hizo carne, es el Hijo del Hombre.
El Espíritu Santo nos testifica que obedecer al Hijo es obedecer a Dios.
Y nuestra fe es guiada por la palabra:
En el tiempo del Antiguo Testamento, la fe se manifestaba por medio de la obediencia
y en el tiempo del Nuevo Testamento por medio de la fe (1S 15:22-23).
Cuando se entrega el diezmo y la ofrenda por la fe y la obediencia,
agradan a Dios (Mc 12:43-44).
◎ Donde esté su tesoro
allá está su corazón y donde esté su corazón
está su tesoro (Mateo 6:21).
◎ La vida de fe
no es por su propio pensamiento
sino es ser guiado por la palabra estando lleno del Espíritu.
◎ La vida de fe
no es el camino de los hombres por su propio sentimiento,
sino es el camino de Dios que obedece a la palabra del Señor.
※ ¡Que mi espíritu
obedezca a la palabra del Señor,
estando lleno del Espíritu Santo!