Dios
es el único Dios;
y se reveló a sí mismo por medio de la Escritura
antes de enviar a Jesucristo.
La Escritura es el Verbo de Dios vestido de un ropa teñida en sangre (Ap 19:13).
El hombre ha sido salvo del pecado en el cual estaba destinado a la destrucción,
porque Dios le dio su sangre a este mundo
y le hizo revestirse de la obra de su sangre.
Es lo que testifica el Espíritu Santo.
Sea quien sea si no se bautiza ni recibe la ayuda del Espíritu Santo
no puede ver el Reino de Dios (Juan 3:5).
La vida de fe sin ayuda del Espíritu Santo es peligrosa.
La verdadera fe no hace daño
en momentos atribulados (2 Corintios 4:7-8).
La obra del Espíritu Santo hace posible la vida de fe.
Dios envía su poder (los ángeles)
a los que han nacido de nuevo:
Aun perseguidos por causa del evangelio
han pedido su poder
testificando con todo denuedo la palabra del Señor (Hch 4:28-31).
El poder de Dios está en la palabra (Mateo 4:1-11).
◎ La verdadera fe
nos permite vencer todo tipo de obstáculos,
mientras el diablo nos tienta para que los solucione primero.
◎ La verdadera fe
nos permite vencer toda tentación
en cualquier situación difícil.
◎ La verdadera fe
nos permite rendir el culto
en cualquier situación difícil.
※¡Que mi espíritu escrudiñe la palabra!