Dios es verdadero.
Es decir, el comienzo y el fin de Dios es igual (Ap 22:13).
Jesucristo
a quien Dios envió, dijo: ¨Soy la verdad¨(Juan 14:6).
Porque vino a este mundo
para cumplir la palabra que Dios dijo en el principio.
Así que la Biblia y la vida de Jesús son iguales.
El Espíritu Santo es el Espíritu de la verdad que no habla la mentira sino la verdad.
Y el Espíritu Santo es el Espíritu de la verdad que testifica que la palabra de Dios es la verdad
y testifica que Jesús es la verdad (Juan 16:13).
Es decir,
El Espíritu Santo es el Espíritu que testifica de la palabra de Dios y de Jesús.
Así que
la palabra de Dios, la vida de Jesús y el testimonio de la Biblia coinciden.
Nosotros también somos testigos que testificamos acerca de la palabra de Dios
y de Jesús con el testimonio del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo da testimonio de la palabra con señales y prodigios.
El Señor
nos dijo que no blasfemáramos contra el Espíritu Santo
porque la sangre de Jesucristo puede limpiar todo pecado
pero el pecado contra el Espíritu Santo no será perdonado ni en este siglo ni en el venidero.
◎A los que han recibido el Espíritu Santo
les serán enviados los ángeles
Así que los santos hay que administrarlos bien.
◎Aunque los ángeles quieren ayudarnos,
si blasfemamos contra el Espíritu Santo,
los ángeles se vuelven espíritus de seducción olvidándose de su ministerio
◎Dios nos dio el Espíritu Santo
para que pidamos más
ángeles (poderes).
※¡Que mi espíritu reciba poderes estando lleno del Espíritu Santo!
¡Que mi espíritu reciba poderes estando lleno del Espíritu Santo!
Los ángeles son los espíritus ministradores enviados para ayudarnos.