Dios
es verdadero.
Nosotros
podemos conocerlo y creer en Él
porque
Él se reveló:
Es Jesucristo.
Jesús es el nombre de Dios que vino en semejanza del hombre,
y el Cristo es el ministerio de Dios en forma de la carne que vino.
Él
no apareció de repente
sino que vino conforme a la ley y a la profecía.
Dios selló justificando sobre nuestra fe
en Jesucristo.
Su testimonio es la sangre que está en nosotros.
En tiempo del Antiguo Testamento los israelitas
derramaron la sangre del animal para santificar la carne.
De la misma manera nuestro espíritu ha sido santificado
por la sangre del Cristo (Hebreos 9:13-14).
La sangre del Cristo
puede cubrir toda debilidad de la naturaleza de la carne y de emociones.
◎ El Espíritu Santo
vino a nosotros
por el nombre de Jesús (Juan 14: 26).
◎ El nombre de Jesús
es el nombre de Dios que el Padre dio.
La fe es creer en el nombre de Dios.
◎ Ser humilde
es arrodillarse
en el nombre de Dios (Filipenses 2: 10-11).
※ ¡Oh que mi espíritu
crea en el nombre de Jesús
y alabe el nombre Jesús!