Dios
es omnipresente y todopoderoso.
Jesús
a quien Él manifestó en este mundo
es su gloria y su gozo (Mateo 17:5).
Él
le sirve a Dios.
Se rebajó haciéndose carne (Filipenses 2:6-7),
fue humilde para siempre (Juan 14:28)
y murió en la cruz
haciéndose obediente al Padre (Filipenses 2:8).
Por eso
fue exaltado por la diestra de Dios (Hechos 2:33)
y es el Señor que se sentó en el trono (Marcos 16:19).
Si
recibimos la gracia, demos gracias en verdad.
Rindamos el culto dando gracias (Lucas 21:3)
y testifiquemos de la gracia que hemos recibido.
Esto
es lo que nos encomendó Jesucristo (Mateo 8:4)
y es el testimonio de los que están llenos del Espíritu Santo (Hch 4:32-35).
◎ Si se ha arrepentido
den gracias por todo lo que han recibido
y tengan el testimonio santo.
◎ Si han sido sanados de la enfermedad,
entonces den gracias por el poder de Jesús
y presérvenla llevando una vida de sacrificio toda la vida.
◎ Den gracias en todo
no se vanaglorien por estar bien,
ni se quejen porque están mal.
※ El culto debe estar lleno de la gracia.
El culto sin agradecimiento es una simple ceremonia.
El culto que da gracias es el culto verdadero.