Dios
es el Padre de la vida.
El
creó al hombre (Génesis 1:26),
que tiene carne (Génesis 2:7)
y espíritu viviente (1 Corintios 15:44).
Por eso,
el hombre no sólo vive de pan (Mateo 4:4)
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Hay vida en la palabra que vivifica al espíritu (Juan 6:63).
Debe recibir la palabra para tener la vida (Juan 1:1-4).
Dios
envió la palabra al hombre
para darle la vida eterna (Salmos 147:15).
La palabra se hizo carne (Juan 1:14)
y estuvo en el mundo, es el unigénito Hijo de Dios.
Él
es la vida eterna (Juan 6:68).
Él hizo escribir la palabra en las Escrituras,
que fueron escritas por los santos hombres de Dios
inspirados por el Espíritu Santo (2 Pedro 1:21).
◎ Vivamos por la palabra de Dios.
El pan es el alimento de cada día para la carne
y la palabra de Dios es el alimento de vida eterna.
◎ Debe recibir la palabra de Dios
para que su espíritu tenga la vida.
Es la palabra de la vida eterna a la que se debe obedecer.
◎ Hay poder de Dios en la palabra,
por medio de la cual puede vencer la tentación del diablo
y puede glorificar a Dios.
※ Vivamos por la palabra.
Vivamos por la palabra para su espíritu.
Vivamos por la palabra obedeciéndole.