Dios
es el Padre de nuestro espíritu.
Los que admiten que el espíritu existe,
pueden tener la relación eterna con Dios.
La carne permanece temporalmente y luego desvanece
pero el espíritu vive para siempre.
El espíritu del hombre murió por la desobediencia,
Dios
envió a Jesucristo haciéndole derramar su sangre
para salvar el espíritu del hombre.
A pesar de todo esto
el espíritu inmundo que no ha sido redimido del pecado
entra al abismo después de separarse de la carne
y entra al lago de azufre que nunca se apaga.
Solo la gracia del Señor
puede salvar nuestro espíritu.
La fe cristiana es creer eso.
Por eso Jesús dijo
arrepiéntanse, el reino de Dios está cerca (Mateo 4:17).
El arrepentimiento es la obediencia
y el regalo de Dios que nos hace llegar al reino de Dios.
◎ El verdadero arrepentimiento
es la obediencia.
Es la voluntad de Dios para recibir el Espíritu Santo.
◎ Los que viven engañados por el diablo
no tienen gozo en su corazón,
no pueden recibir el Espíritu Santo, ni pueden experimentarlo.
◎ Los espíritus inmundos obran con miedo y desesperanza
sobre los que viven oprimidos,
así que no pueden ser libres de sus desobediencias.
※¡Que mi espíritu se arrepienta!
¡Que mi espíritu obedezca a la Palabra de Dios!
¡Que mi espíritu esté lleno del Espíritu Santo!